martes, 13 de noviembre de 2012

Radiación de fondo



Si perdemos la perspectiva de lo que deseamos, nos volvemos como una onda que no encuentra su partícula, perdidos en un espacio con tantas dimensiones que no es posible ubicarnos. Viajamos a velocidades relativistas (esto no es que dependa de según se mire, sino que es casi la de la luz) dejando atrás nuestra partícula, la que nos confiere entidad material, la que nos hace ser reales, plausibles para no ser más que un rastro que se apaga en el vacío. Quizá, como la radiación de fondo, dentro de muchos años, alguien perciba ese pequeño destello que un día emitimos y que ya no servirá siquiera para saber qué fuimos, ni por qué nos extinguimos. 

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