lunes, 5 de noviembre de 2012

Ferry Boreal




Hay experiencias que deben ser vividas alguna vez para saber qué sentimientos te invaden. Hoy sábado vivimos una que no nos hacía ni pizca de gracia: coger un barco que atravesaría un mar complicadillo durante casi 4h. La incertidumbre primera era saber si habría barco, y la segunda, si aguantaríamos el viaje. La primera se despejó pronto, pues a las 6.30 de la mañana llegamos al puerto de Moskenes y allí estaba el susodicho. La segunda empezó a acojonarnos cuando nada más subir, un tipo nos da dos bolsas para vomitar a cada uno. Si el día antes no nos dieron nada y se movía la leche el barco...¿qué iba a pasar hoy? Mentiría si dijera que nuestros dos amigos franchutes y nosotros no nos hicimos caquita en ese momento. Menos mal que somos gente de recursos y sabiamente nos tumbamos cada uno en una fila de tres asientos a lo largo del eje del barco. Así los bamboleos se pasarían mejor. Y vaya si acertamos. Hubo momentos en que el barco se movía tanto que se caían cosas, ni siquiera abrían la cafetería. Yo notaba los pies por encima de mi cabeza y luego parecía que me ponía de pie...era muy raro así que me incorporé para ver la ventana...maaaal hecho. Eso no era movimiento...si llegamos a estar fuera nos vamos al agua fijo. Llegué a pensar que vendrían a buscarnos con chalecos salvavidas...vaya tela. Afortunadamente todo pasó y pudimos disfrutar un rato arriba haciendo fotos antes de llegar. A todas luces, merecía la pena. No vomitamos, así que nos sentimos muuy orgullosos. La cosa pintaba fea.




Y en cuanto a las auroras, tuvimos suerte también: el óvalo engordaba y cambiaba a color rojo (buena señal) y cuando estaba sobre nosotros, tenía bastante actividad. Se hicieron esperar, pero no nos defraudó el espectáculo: varias auroras cambiantes, serpenteantes, que se abrían en filamentos. Y, lo mejor de todo: pudimos sacar fotos. Aquí una pequeña muestra de este largo día, con final feliz. La suerte sólo favorece a quienes la buscan y se arriesgan. Ahora que soy vividor-explorador, tendré que buscar suerte allá donde me lleven los viajes...

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