lunes, 17 de octubre de 2011

Intruders


Si, de una historia real, se hace una pesadilla que perdura en el tiempo y es, sorprendentemente, hereditaria, no puede esperarse más que un bodrio sin pies ni cabeza, y no sin cara como se pretendía. El que un hecho que sí ha ocurrido, sea transformado en otro que no, es culpa de una madre ñoña e histérica, a la sazón, española, que por proteger a un hijo llorica, se inventa un cuento. Lo típico de las películas americanas, que por no decir la verdad, se montan un cisco ridículo. En este caso, el cisco es hispano-inglés, pero bien bebe de las peliculas americanas del mismo género: ésas que para asustar suben el volumen de la música repentinamente. No da miedo, sólo sobresalta porque te quedas sordo. En medio, un despropósito de niños, gatos y un niño que se hace adulto pero sigue siendo imbécil. Vamos, un despropósito.
"Carahueca volvió porque se había dicho su nombre..." Gensantadelamorhermoso...

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