lunes, 6 de junio de 2011

Thunder Road

Ante la pequeñez del ser humano, la enormidad del Universo, su ciencia, su poder. Su rabia. Las partículas se ionizan, violentas, y reaccionan. Un pulso electromagnético. Y de repente, se hace la luz. Muchos se sobrecogen y tiemblan; otros, también.

Un rayo no es más que una descarga eléctrica, que, al pasar por el aire ioniza sus partículas emitiendo luz. Y ruido. Mucho ruido. Cuando una nube (cumulonimbo) alcanza una determinada zona de la atmósfera, sus cargas positivas atraen las negativas y ¡zas! A reaccionar. Podemos hacer símiles, pero luego dicen que siempre hablo de mujeres, y esto es ciencia. Y naturaleza. Y miedo.

Siempre nos dicen que la materia es neutra, que no tiene carga eléctrica. Así, las cosas son civilizadas, todo equilibrado, estable. El problema es cuando ese equilibrio se altera, por el motivo que sea. Como cuando un gremlin se pega un duchazo. Todo estalla. Aquí, una pequeña perturbación del medio tenso, desemboca en una explosión. Hay muchas situaciones así, en la Tierra, alejadas de la Naturaleza. Puede ser que en un cubo con dos substancias químicas reactivas, una de ellas deshaga la pared que las separa…y explote la mezcla. Si ponemos un chico y una chica, de frente, ese desequilibrio es cuando ella roza intencionada pero descuidadamente su brazo y él, se precipita desbordado. Puede ser cualquier otra alteración. Una chispa en una nube de gas. La materia es neutra. Pero nosotros reaccionamos, interaccionamos. Saltan chispas, intercambiamos electrones libres, se nos erizan los pelos del brazo. Nos ionizamos. A veces nos fusionamos. O no. Física. Miedo. Energía. A veces, todo ello.

Si a este fenómeno de reacciones violentas le sumamos el soporte físico que proporciona un volcán en erupción, digamos que la puesta en escena es más que memorable. A fin de cuentas, una nube de cenizas, no es más que una nube. De cenizas. Si sus partículas por el efecto de la temperatura, se ionizan e interaccionan (hay algún símil para esto, pero huelga decirlo), también hay rayos y centellas. ¿Qué debe pensar un pobre lugareño chileno, con su sombrero de paja, apoyado en su rastrillo, viendo semejante espectáculo? Seguro que no piensa en los iones, en las reacciones, ni en la energía. Probablemente no se dé cuenta de que hay situaciones a escala parecidas a esta. Sólo se verá a él, en la inmensidad de la naturaleza. Sintiéndose pequeño. Y lo teme, porque hay rayos en el polvo, lo mismo de lo que estamos hechos. Y el polvo se enciende…y luego se apaga. Y sin que nuestros temores e insignificancia importen lo más mínimo, la tormenta se desata.

Oh oh, come take my hand

We're riding out tonight to case the promised land

Oh oh oh oh, Thunder Road

Oh, Thunder Road, oh, Thunder Road

Lying out there like a killer in the sun

Hey, I know it's late, we can make it if we run

Oh oh oh oh, Thunder Road

Sit tight, take hold, Thunder Road

(Bruce)

Si eres JP, también tienes algo que decir: http://ulises26.blogspot.com/2011/06/tormenta-que-se-muerde-la-cola.html

4 comentarios:

  1. yo les pondría a todos a leer la explicación que das... total, mientras miran la pantalla no observan la tormenta o el volcán...

    sé que no es gran respuesta, pero, macho, es que sin saber física a ese nivel, el sombrero de paja lo llevamos todos... :P

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  2. ja ja...
    Si apenas digo nada de Física...podías haberte metido conmigo por hablar de mujeres, por emplear una canción, qué sé yo... ;p

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  3. es por variar...
    a unos se nos reconoce por el sombrero,
    a otros, por lo que hay siempre bajo él... :P

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  4. mmm, la nariz? es lo único que sobresale más allá de un sombrero...;p

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