martes, 17 de enero de 2012

Móvil perpetuo y Feynman





El hombre se ha debatido entre el estudio de las leyes de la naturaleza, y su empeño por violarlas, pues tanto más fascinante es el reto de romper algo, cuanto más elegante sea lo que se rompa. En términos matemáticos, claro, no vandálicos. Las Leyes de la Termodinámica abarcan conceptos tan preciosos como “irreversibilidad”, "conservación de la energía" o “entropía”, y de su interpretación se deduce que no pueden existir ciertas cosas de Ciencia Ficción, como los viajes en el tiempo, o la posibilidad de un big crunch que nos devuelva a una situación como la anterior al big bang, o la existencia de móviles perpetuos. Esto no es más que un cachivache que, tras darle un primer impulso, sigue moviéndose sin ninguna otra ayuda y para siempre. Parece evidente que no puede construirse nada igual, pero ¿y si la Naturaleza consigue romper su propia tendencia, las propias leyes que nos ha enseñado? En “El carácter de la ley física”, Feynman da una especie de respuesta, pero la da de pasada: la creación y muerte estelares. Las estrellas surgen en nubes de gases cuando por una colisión, las partículas empiezan a chocar unas con otras, colapsando y formando moléculas más pesadas atrayendo a otras partículas vecinas. La bola formada, muy densa, va acaparando más material hasta que la temperatura en el núcleo es lo suficientemente alta para fusionar el hidrógeno en helio, generándose una reacción en cadena que mantiene viva la estrella. Es el corazón, su motor. Las partículas creadas viajan por la estrella hasta la corteza, perdiendo temperatura. Esta expansión es contrarrestada por la gravedad del núcleo, que mantiene la estrella estable, en equilibrio. Si el material fusionable, es decir, el hidrógeno, se acaba en el núcleo, el corazón se para y la estrella muere. Dependiendo de la masa, la estrella moribunda puede acabar siendo un agujero negro, una estrella de neutrones, una enana blanca, una nova o una supernova. Por ejemplo. Si tiene la masa adecuada para ello, y la estrella explota, ésta lo hace esparciendo su materia por el espacio. Así pues, de una estrella, sale una nube de gas, cuna para el nacimiento de nuevas estrellas. Entonces si una estrella nace de una nube de gas y al morir genera una nueva nube de la que salen más estrellas, ¿no será eso un móvil perpetuo creado por la propia naturaleza que viola? En realidad hay más ejemplos en la Naturaleza, por lo que sabemos que es el trabajo lo que no puede realizarse perpetuamente sin aportes de energía. En definitiva, polvo somos, y en polvo nos convertiremos. Y eso lo dicen las estrellas, no yo. 

2 comentarios:

  1. Pulvis es, et in pulverem reverteris... que también lo dicen mucho unos señores que visten de negro a menudo.

    De móviles perpetuos nada, porque...
    http://www.youtube.com/watch?v=OuSHdSs-CFw

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