lunes, 30 de enero de 2012

La máquina Gaia




Los hombres somos unos seres viles en muchos casos, más cuando se trata de creernos por encima de lo que nadie inventa, de lo que surge por el propio devenir, por esa escala de tiempo tan inabarcable, tan ingente, que es lo astronómico. Así, como seres en la cima de la escala evolutiva –discusiones aparte- nos empeñamos en crear cosas que nos obedezcan primero, y que no haya que darles órdenes para que cumplan nuestros deseos, después. Primero inventamos las clases sociales, luego las empresas y hasta la rivalidad con los amigos. Siempre más que el resto, porque si no, socialmente somos parias. Después, nos las vimos con las máquinas simples –lavadora…- o más complejas –ordenadores. Todo para hacer nuestra voluntad con tal de no hacerlo nosotros. Con la lógica evolución de la técnica y la ciencia, se desarrollaron los robots, y un visionario los dotó de conciencia y cerebro, pero temiendo que fueran mejores que nosotros y quisieran eliminarnos por escoria, se les impusieron unas leyes que les impedía hacernos daño y, más aún, tenían que protegernos de cualquier otro externo. Libros sobre esto tiene Asimov a parte de otros autores, y hay películas y cuentos. Pero el otro día vi un ejemplo extremista de hasta dónde se puede llegar con este impulso feroz de controlarlo todo para estar indisolublemente unidos a nuestros cacharros…pero por encima. Desconozco si la película pretende ser una crítica a nuestra manía de dominar, conquistar y avasallar hasta el espacio profundo, pero Star Trek I me sorprendió. Una densa nube altamente energética e ingente se dirige hacia La Tierra con fines desconocidos, puesto que no manda señales ni responde las nuestras. En el camino, engulle, aniquila. Ahí van pues Kirk, Spock y compañía a ver qué se cuenta la nube. Menudencias varias después, cuando se desvela el meollo, V’GER, una máquina que ha acabado adquiriendo conciencia para ser una Gaia de por ahí, de extrarradio, se descubre (Gaia, como suma de conciencias, como ente globalmente vivo, indisoluble) quitándose la capa y mostrándose como una antigua creación humana: la sonda espacial VOYAGER, con el nombre cubierto por la suciedad. El propósito de V’GER no era otro que conocer a su creador, al hombre que le encomendó su tarea de exploración espacial de modo que pudiera cumplir su cometido y descansar en paz, con la satisfacción del deber realizado. Casi mata a todo bicho viviente, una sonda espacial, pero la pobre sólo quería transmitir su conocimiento del espacio, pero nadie entendía el código que usaba para hacerlo. Tras fusionar a un miembro de la tripulación –hay que ver las chorradas que hace uno por amor, fusionarse con una sonda espacial- con V’GER y convertirse en una nueva forma de vida, la información se transmite y todo el mundo se salva. Salvo el idiota que ahora es una nave-sonda-nube. Sería muy notorio que un humano fuera capaz de construir algo que no sólo le trascienda, sino que además, adquiriese conciencia propia y fuera una nueva forma de vida. Muchas veces el “constructor” no tiene conciencia propia…como para dotar a sus creaciones con semejante atributo. En definitiva, es una crítica, o un anhelo…quién sabe…

5 comentarios:

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  2. fallos técnicos y la entrada anterior la publique a medias, aquí va la buena :) – tendré que verla, de star trek solo conozco la serie de tv... como punto y aparte añadiré que si, los humanos nos creemos mucho y no somos más que una mota de polvo espacial. nada más me gustaría que comprender más allá de lo que me permiten cuatro conexiones neuronales. bueno, cinco conexiones, si contamos mi afán por comprender a todas las mujeres... :P

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  3. Creo que se vive mejor con menos conexiones :P

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  4. en 2009, embarcado en un proyecto menos ambicioso que el tuyo -conformarme con ver la primera y la ultima peli de la saga- escribí un rollo cuyo último párrafo habla de lo mismo que tú aquí: "que el enemigo sea, no un clásicamente agresor o vengador, sino una paradoja creada por algo que hiciste en el pasado, es, amén de una espléndida idea, una metáfora de lo peor que su herencia aporta aquí, tal si más fuera un resumen que una nueva historia. Empequeñecido ese y otros dramas, se ven como un episodio de algo cuyo principio nos perdimos, algo que en cualquier caso es para otros."

    ¿qué es esta saga interminable sino una idea enviada hace décadas que vuelve una y otra vez?

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