jueves, 26 de mayo de 2011

Hasta el infinito...¿y más allá?


No me he convertido en Buzz Lightyear...

Ayer, debatiendo sobre la felicidad y la infelicidad (con vino y gintonic claro...) mi amigo Jon me dio un punto de vista que a mí no se me había ocurrido. Está claro, él es Físico: "entiendo que estés triste, tu vida tiene muchas cosas, pero es una suma finita de cosas finitas. Eso no colma el ansia infinita que tu corazón necesita".

Qué cabrón, me hizo pensar, y a Ame también.

Bien, cierto es que si cogemos todas las partes de nuestra vida y las hacemos del tipo:

MATH

está claro que nunca colmaremos unas expectativas infinitas. Si todo se reduce a una fría suma con un límite, por más cosas que añadamos, nunca alcanzaremos el infinito. Podemos hacer, por el método de aproximaciones sucesivas, un acercamiento tan bueno como queramos, pero sin llegar a tocarlo. Sería pues, infinitesimal.

J dice que la diferencia entre la parte finita de nuestra vida y la necesidad infinita, ha de llenarse de alguna manera, que es precisamente en lo que radica la felicidad. No sé qué le parecería esta teoría a Bertrand Russell, ya que se molestó en escribir todo un libro para conquistarla. J sabe cómo llena esa diferencia infinita, cómo dar ese paso, pero es algo tan íntimo, que no vale más que para él. El problema, visto como él lo ve, no tiene solución en un mundo como el mío. Con lo que tendré que replantear la cuestión.

La única manera de llegar a un infinito mediante suma de cosas, es si conseguimos sumar cosas infinitas. Pero si es difícil encontrar una sólo, ni te cuento varias. Vamos a pensar un poco.

¿Y si, en lugar de considerar las partes de mi vida como suma finita de cosas finitas, vamos más allá y suponemos que los valores son infinitos? Si la amistad, o la inteligencia, o amores...los considero infinitos porque son tan grandes como yo quiero, quizá el problema tendría una solución.

Entonces me pregunto, si ya he encontrado lo infinito que pueda colmar un ansia desmedida, ¿por qué no vale?

Puede que sea necesario un cambio de coordenadas...Si tengo un cerebro cartesiano, ¿qué coordenadas elijo? No me veo en esféricas, ni en polares. Quién me iba a decir a mí, con la manía que cogí a Mecánica y Ondas de Segundo, que igual la elección de las coordenadas generalizadas podía salvarme la vida...Sí, ésas que son independientes del sistema de referencia!!

EUREKA

PD - ¿Y cómo se consigue esto?

Admito sugerencias con base científica...

8 comentarios:

  1. Bueno, hay una aproximación bastante finita a tu deseo de infinitud: Te morirás.
    Más que la añoranza de infinitud, diría que el problema es la gestión de la simultaneidad, porque lo que quieres, incluso lo que tienes, puede llenarte, ser infinito en ese instante. Pero cuanto más infinito, cuanto más… perfecto el logro, más impide ese otro rasgo de la mente del ser complejo: la simultaneidad. Incluso lo que más feliz te hace te impide serlo de otra forma al mismo tiempo: con otra mujer, en otro paisaje, en otro bar, en otro libro u otra guitarra…
    El ejemplo que acaso querría no tener: la vez que más feliz he sido –un añito largo- se debe, creo, a haberlo pasado sintiendo que no quería algo más de lo que tenía, algo una pizca mejor, más hondo, o más ligero. Ese equilibrio no tiene que ver con la aspiración de infinitud, sino con su opuesto –era finito (finita) mientras se producía.
    También lo explicas en la entrada previa: “En definitiva, uno no puede saberlo todo de todo, porque el mero hecho de intentar medir, altera el sistema que analiza. Si quieres saber algo sobre alguien, tienes que indagar, preguntar. Y eso altera el medio. Siempre tendremos una incertidumbre razonable alrededor de lo que queramos saber.”

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  2. La simultaneidad es un bonito concepto. Si con lo que tengo me basta, sería porque todas las cosas se suceden de manera simultánea. En este caso, no es cuestión de perspectiva. Sino de que realmente una suma finita es finito. Y lo finito es poco. Puedo solucionarlo de dos maneras: bien busco aquello que me falta; bien replanteo lo que tengo para hacerlo infinito. La cuestión es que ambas son jodidas...

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  3. me perdí :P
    pero... la simultaneidad de que hablo no es concentrar todo cuanto quieres en un minuto, sino no necesitar nada más a la vez.
    una singularidad más para tu colección :)

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  4. ¿Por qué un hombre no podía ser muy feliz o muy infeliz? Siempre era una débil combinación de las dos cosas –Faulkner, pag. 43 La paga de los soldados.

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  5. Para mí queda muy bien reflejada la finitud de las cosas en este fragmento de Leopardi. "El aburrimiento es, en cierto modo, el más sublime de los sentimientos humanos. No es que yo crea que del examen de tal sentimiento nazcan aquellas consecuencias que muchos filósofos han extraído de él; sin embargo, el no poder estar satisfecho de ninguna cosa terrena, ni, por así decirlo, de la tierra entera; el considerar la incalculable amplitud del espacio, el número y la mole maravillosa de los mundos, y encontrar que todo es poco y pequeño para la capacidad del propio ánimo; imaginarse el número de mundos infinitos, y el universo infinito, y sentir que nuestro ánimo y nuestros deseos son aún mayores que el mismo universo, y siempre acusar a las cosas de su insuficiencia y de su nulidad, y, padecer necesidades y vacío, y, aún así, el aburrimiento me parece el mayor signo de grandeza y de nobleza que se pueda ver en la naturaleza humana..." Giacomo Leopardi, Poesía y Prosa.
    Estoy de acuerdo en que, en un instante (o en un intervalo temporal limitado) puede uno pensar que no necesita nada más. Pero la cuestión que a mí me interesa es que, pasado éste, uno vuelve a desear más. ¿Por qué? Pues porque mil veces pensamos en que las cosas que queremos son infinitas (una de las opciones que manejas, Diego). Sin embargo, el interés por ellas por nuestra parte y los que nos dan decae... se pierde como el caudal de un río impetuoso al llegar al vasto mar. Pensemos en cuánto hemos deseado una chica, una moto, un viaje.. una vez los disfrutamos, ¿qué pasa después?.

    Jon.

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  6. Después?? Después cambiamos de moto, viajamos a otro lugar, cambiamos de chica...y añadimos un coche. En el siguiente paso, volvemos a cambiar de moto, cambiamos de coche, un nuevo viaje, con otra chica y podemos añadirle un MAC nuevo. Y así seguiremos el bucle... ;p

    Como dice Robe: "salir...beber...el rollo de siempre..."

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  7. Sí, pero luego dice... "llegar a la cama y ... ¡joder, que guarrada! sin ti".... ese "sin ti" es juntamente la nostalgia de lo infinito.

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  8. No contaba con que la escucharas...jeje
    Quizá lo infinito consiste en no tener un "contigo" determinado. Así que no intentes convencerme por ese lado...pero buen intento ;p

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