miércoles, 18 de diciembre de 2013

Revolución en los Inventos




Lo que a un chisme que no existiera antes le da la categoría de invento es si, además de ser algo novedoso, encima te hace la vida más fácil. Que alguien se llame a sí mismo inventor cuando ha creado un pedazo de mierda que no sirve para nadie más que para él, no significa que de verdad lo sea. Será alguien con tiempo libre mal aprovechado y basura acumulada en casa. Bien, en esto los españoles tenemos un denominador común: a todo le ponemos un palo. Que no quieres dejarte las lumbares frotando el suelo de casa, va un iluminado y le pone un palo y dice "ea, una fregona". Que no quieres pringarte las manos chupando un caramelo ni quieres morir atragantado por una bola de chicle de proporciones siderales, le plantas un palo y dices "mira qué chupachups". No todo es un palo y ya. A veces, son más de uno. Pones varios a dar vueltas y toma autogiro. Ahí, complicando la cosa. Toda esta reflexión no es vacía. Sirve para denunciar un hecho aterrador: ¿no habrá nadie que sea un visionario y le quite el palo a las costillas? ¿Hay alguien que sepa comerse unas costillas sin pringarse? ¿Alguien que, usando los cubiertos, puede terminarse una costilla en menos de hora y media? Déjense de inventos vacuos y quiten el palo a las costillas y al pincho moruno. No hay quien coma, coño. Otro día comentaré el absurdo de las patatas paja. A ver quién es el guapo que se las termina sin hacerlo al modo 'Triki' y sin usar babero y llenar sus propias barbas con migas sin fin. Inventores del mundo, he aquí un reto.

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