lunes, 5 de septiembre de 2011

El bosón del "to be or not to be"


La Física de Partículas es como estudiar un poco la Historia de nuestro Universo, y las Partículas elementales, los hechos básicos que propician que todo lo demás ocurra o exista. Parece mentira, pero la única manera de entender lo que somos, lo que tenemos y cómo ha llegado ahí, es estudiar lo más pequeño que hemos encontrado: partículas tan ínfimas que muchas veces sólo pueden ser detectadas si se mueven a toda leche, o si se mueven y encima colisionan con otras. Ahí es cuando las ecuaciones de Einstein tienen sentido más allá de llenar camisetas con el E=mc2. Por supuesto, esto no es más que una simplificación, ya que la ecuación que se emplea, es un chorizo algo más grande. En definitiva, no es más que una transferencia o equivalencia entre masa y energía. La diferencia entre una y otra no es más que un número, una constante. Así pues, los esfuerzos de un montón de sheldoncoopers están totalmente centrados en encontrar ciertas particulitas que servirán para finalizar nuestro modelo estándar del Universo o para descojonarlo entero, pues todo reside en una única partícula/campo. Si existe, genial, se conoce casi todo. Si no, se joroba el modelo y hay que pensar en algo que lo substituya. Es casi más emocionante la segunda opción, pues crearía nuevos retos a los Físicos, pero también sería algo decepcionante estar casi seguros de que existe una cosa y, tras años de búsqueda, comprobar que no existe. Los Físicos, son más optimistas de lo normal, pues ante un revés, siempre ven el lado positivo: ahora hay más cosas que podemos saber. Hace años, una cosa así, se interpretaba como un gran fracaso, pero eso no es más que por obstinación. Se está tan seguro de que algo es de una cierta manera, que si ven que no, pensaban que lo estaban haciendo mal, que eran unos fracasados. Eso le pasó al bueno de Michelson, que se empeñó durante 50 años en demostrar que el éter existía. La suposición era que nuestro “vacío” era en realidad un medio material, al que llamaron éter, y que servía para la propagación de las ondas de luz, al igual que el sonido necesitaba el aire. Bien, pretendían demostrar que los haces de luz se desviaban al moverse en una dirección u otra como si el éter opusiera una resistencia a su movimiento, por lo que su velocidad y su trayectoria cambiaban si el movimiento era en un sentido o en otro. Tras mil experimentos y de conseguir paralizar el tráfico de una ciudad como Chicago (si mis profesores no me engañaron) durante unas horas para que el baño de mercurio que absorbía las vibraciones fuera aún más eficaz, los resultados no fueron los esperados. Encontraron que la velocidad de la luz era la misma, se moviera eso como se moviera, ya fuera en el sentido de movimiento de la Tierra, o al contrario. Es, como en física newtoniana, el hecho de ir dentro de un tren andando. Si el tren va a velocidad “v” y tú andas, en realidad, con respecto al tren vas a velocidad “w”, pero con respecto al exterior, vas a “v+w”. Si andas en sentido contrario al movimiento del tren, entonces vas a “v-w”. Eso mismo querían detectar, pero no lo consiguieron. Michelson tenía dos opciones: creer que estaba todo bien y que entonces no había éter y que la luz tenía una velocidad constante, o creer que era un ceporro y un fracasado que no era capaz de explicar algo tan evidente. Eligió la segunda opción, cuando en realidad, hizo un grandísimo descubrimiento. Quizá, de eso ha aprendido la Comunidad Científica, pues una de las partes más importantes de un experimento, es saber interpretar los datos que obtienes. No puedes ir centrado en una conclusión, porque entonces estás condicionando el propio experimento. Hay que tener la mente abierta para aceptar otros resultados diferentes de los esperados. Por lo que sé, en el LHC del CERN, tienen la mente abierta, y, aunque esperan encontrar el bosón (y, por consiguiente, el campo) de Higgs que explicaría de dónde sale la masa de todas las demás partículas, si no lo encuentran, sabrán que nuestras teorías tan probadas y resistentes a prueba de “bombas”, han de ser cambiadas. En cualquier caso, un emocionante futuro científico nos espera, aunque nos desarme la cuadrícula mental que teníamos asumida.

6 comentarios:

  1. misterio misterioso! a ver que pasa pues,
    pues hace poco vi un documental sobre los bosones de Higgs! están como locos por poder encontrarlo y meterlo en un frasco de cristal! :D

    ResponderEliminar
  2. Sip, lo que me extraña es que lo pusieran y no cambiases de canal, como haría cualquier persona medio normal jeje
    Preven que para finales de 2012 ya tengan un resultado, sea el que sea.

    ResponderEliminar
  3. ya... jajaja!! es que soy fan de lo bosones! :P

    ResponderEliminar
  4. bilbo bolsón... pues yo sé dónde encontrarlo :P

    ResponderEliminar
  5. Hombre, pues si encuentras el barco q te lleva a las Tierras Imperecederas, me avisas!! :P

    ResponderEliminar
  6. qué montañas habrá allí, ¿no? :)
    oye, ¿y "los picos pardos" como título de tu autobiografía?

    ResponderEliminar