lunes, 7 de abril de 2014

Ang Dawa Sherpa, breve historia



When I was born, my mum took me in her arms and said: “My Little cute baby, my little Ang”.
Then, the Lama came into my house and said: “You were born in Monday, so your name is now Dawa”.
Then I have no surname, Sherpa is my group, is where I come from.

Así empieza la historia de Ang Dawa Sherpa, mi historia: con significado. Todo empieza en la vida sherpa del mismo modo: siendo ya algo, siendo ya alguien. Cuando no tienes mucho más a tu alrededor, tener un significado es bastante.
Corres por las montañas que están ahí desde mucho antes que tú. Cuando mueras, quizá en ellas, seguirán estando en el mismo sitio viendo a otro como tú correr descalzo esquivando las piedras. Esas piedras del Khumbu, el Rolwaling y algún valle alto más. Las llanuras no son para nosotros.
Tu madre, preocupada por el frío, te envuelve en mil capas de ropa mugrienta. Cualquiera saca el cubo de agua y te quita el gorro para darte un remojón. El Khumbu es un valle duro incluso en verano. El cielo no te da tregua. Si  hace bueno, llueve a mares. Monzón lo llaman. Agua a todas horas lo llamas tú. Si no llueve, hace mucho frío. Sólo unos pocos meses al año el tiempo dejar descubrir el fabuloso valle. ¿Y si un día soy yo el que lleva a estos europeos, australianos y americanos a las altas y blancas cimas?
Los franceses empiezan a enseñar alpinismo a las gentes de estos valles. Son los primeros que piensan que no somos únicamente mulas de carga. Somos más útiles cargando 50 kilos en nuestra espalda mientras fijamos cuerdas y no morimos de miedo en las verticales caras inhóspitas de mis montañas. Pronto seré un guía en mi casa. Quién mejor para enseñar un lugar que quién nace y vive en él. Quién mejor que quién ha visto morir amigos y parientes. La montaña se los quedará para siempre.
Aprendo ingles y un poco de alemán. Hay que saber atender correctamente. Sé que no soy un guía turístico, pero mi cultura merece la pena ser conocida. Hago lo que puedo por transmitir nuestra forma de vida a la gente de tan lejos. El budismo les llama la atención por la libertad y la generosidad. No sé por qué se extrañan. En realidad, soy yo el sorprendido de que los demás no sean así. Buddha nos dice: trabaja duro, sé feliz con lo que tienes, mira por los demás. Es algo sencillo. ¿Por qué nadie lo hace? Buddha no es una figura que atemorice y me diga lo que tengo que hacer. Forma parte de mi corazón, y por eso todo es más sencillo. No hay castigos ni pesares. Sólo armonía. Buddha no dice que no coma carne; me dice que el animal sufre ante un cuchillo tanto como yo, pero no saben decirlo. ¿Y si es verdad? ¿Y si alguien que conocí un día se reencarnó en el pollo que te comes? No me importa comer pollo, pero no lo pido. Si mi dal bhat lo lleva, no protesto. En cada sitio lo preparan de una manera, así que no soy nadie para decirles cómo deben hacerlo. Lo como y lo disfruto.
Hoy estoy camino del Mera. En unos días me toca el Island y luego el Lobuche. Así me paso la temporada de buen tiempo. La temporada alta nepalí. Estas ascensiones, modestas en general para un “climbing guide”, muchas veces constituyen el viaje de una vida para los extranjeros. Hay que cuidar de ellos, no son como nosotros. Enferman, les fallan las fuerzas y a veces tienen miedo. El miedo para mí no es una opción. Mi mujer y mis dos hijos esperan en Kathmandú. Esto es el sustento de la familia. Enlazo una expedición con otra sin tiempo para pasar por casa a decir hola. Se hace duro. Luego tengo buenas vacaciones para disfrutar de ellos. Si no me invita ningún amigo, que antes fue cliente, a sus países, me quedo tranquilo. Así he visitado varios sitios y he escalado el Denali. Ya tengo dos de las 7 Cumbres (la otra es el Everest).
Mi vida no es como la de los demás. Los sherpas no somos como los demás. Ni siquiera como las demás etnias de Nepal. Hay mayoría hindú, como el rey. No tiene poderes ya, pero ahí está. Nosotros estamos un poco al margen. ¿Por qué preocuparse por unos pocos montañeros de origen chino que profesan una religión que no tiene un ser superior que te diga lo que tienes que hacer? Vivimos un poco al margen del resto del mundo. Pero no os equivoquéis, no todo el que lleva una pesada carga sobre sus hombros en estos parajes es un sherpa. Ya tenemos hasta intrusismo profesional: gentes de la llanura carga con parte de nuestro trabajo. Somos pocos y las rutas de trekking son una romería. En la escalada ya no se meten. Es más fácil llevar una mochila por un camino marcado que hacer que la vida de un extranjero depende de tu habilidad escalando. Me enorgullece mi raza y mi trabajo.

Una vez me dijeron que por qué había vuelto de EEUU tras 5 meses viajando. ¿Qué voy a hacer sin mi familia, mis amigos y mis montañas? No todo está en el sueño americano. Yo, tengo el mío propio.

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