Ser emprendedor es un tarea devaluada, no sólo por la gente
que lo consigue, sino por creer que el fin último es el dinero, cuando en
realidad, es sólo el principio. Los negocios deben levantarse sobre una idea, o
sobre unos productos, pero es difícil conseguir la excelencia si cuando uno
piensa un negocio, sólo ve la cuenta de resultados. Un mundo saturado por ideas
nuevas y de siempre, por productos innovadores y sus burdas copias, un mundo
sin principios en el que los cabecillas empresariales, no son sino cabecillas
criminales. En ese mundo nos toca convivir e intentar innovar. Invéntate un
empleo dice el gurú. Pero lo que hay que hacer es inventar algo, y hacerlo
bien. No a medias, como la mayoría de la gente. Los pasos son sencillos: ten
una idea, échale huevos, reúnete de la gente adecuada, ponte en marcha y busca
pasta. Total nah…Si no tienes ideas, ni huevos, no tienes pasta y sí poco
tiempo, ¿qué te queda? Ser un mandado sin ninguna posibilidad de participar en
nada, sino que sólo puedes trabajar sin que nada de lo producido sea tuyo.
Intermediario, responsable de comunicaciones, consultor a tiempo mental
incompleto, escapista aficionado y negacionista profesional. Una
diversificación que, para variar, no resulta nada productiva. Si no puedes
crear algo hermoso, diferente, y participar del principio al final, entonces,
no merece la pena ni pensarlo. Como estoy pensándolo, nuestro vino, no puede tener
un tapón de rosca.
encontraremos soluciones, diferentes caminos ... deja el coco fluir unos días, quizá dentro de un tiempo con aire fresco... algo saldrá mejor. descansa! :)
ResponderEliminara lo mejor deberíamos vaciar la botella antes de hablar de venderla llena...
ResponderEliminaraunque solo sea por ver si, en el trayecto de verla medio llena a medio vacía, nos quedábamos en medio... ni en este texto ni en las entelequias del gurú :P