Era un hombre de campo que resistía el frío y
ahora,
Una caja de cartón, incapaz de proteger las copas
de cristal de bohemia.
Y Ya no queda un solo trozo reconocible.
Soy un hombre de aire y de escombros.
Soy, más que nunca, de polvo, como las estrellas.
De nada. Resto de una supernova.
De cuerpo presente, que sólo es continente,
Vago por el cosmos, que me ve como un extraño.
Era un hombre de campo por fuera, con un corazón
marchito
Al que en este otoño, se le caen las hojas una a una,
a tus pies, y nadie las aparta para no romperlas.
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